Rusia, 1938. El aliento de Siberia huele a miedo y sus fauces sorben trenes cargados de condenados, alimentando los barracones a cuarenta grados bajo cero. De un extremo al otro de la URSS sobrevuela el terror. En los sótanos de la Lubianka los fogoneros trabajan azuzando las ejecuciones y las purgas. Mientras, los sospechosos, reales o nacidos de la venganza, intentan burlar a la muerte traicionando a sus seres más cercanos con la vana esperanza de conseguir el perdón a su castigo.
János Novikov y Mathilda Zewitt encarnan una historia de amor en un tiempo en el que el menor desliz conduce a la muerte. Ambos son jóvenes y sueñan y ambicionan, pero la llegada de la poeta Anna Kozlova y el rechazo de Mathilda a las demandas de Lavrenti Beria, todopoderoso jefe de la policía secreta soviética, hacen que el castillo de naipes empiece a zozobrar. Lectura Dramatizada. Sala Berlanga. Madrid. → Daniel Dimeco