Primera llamada
Encontré un espejo sugerente, un vela, apagué todas las luces y me posé frente al espejo, me mantuve ahí, y empecé a sentir frío, cosquilleos en la espalda, detrás de las orejas, en la nariz… Observé mi máscara a un centímetro de mi piel. Frío. Empezaron a llegar las emociones por la epidermis… la máscara se separaba de mi piel… los ojos brillaban y también noté como una segunda capa cristalina que cubría mis globos oculares. Atrás estaba yo… atrás, dentro había calma pero en el cuerpo…